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Capítulo 02.

Pov Jimin.

Nos encontrábamos en la cafetería del instituto, hoy me tocaban deportes, pero por desgracia me terminé lastimando el tobillo al estar calentando, sin darme cuenta pisé un palo de lo que parecía ser una escoba, el cual se encontraba justo en el carril por el cual me encontraba trotando.

—No es necesario que le digan a Kook que me lastimé, es solo una pequeña torcedura —traté de convencer a Taehyung, es de la misma edad que Jungkook, por lo que sé que se llevan bien, y que tiene toda la confianza en él sobre informar todo lo que sucede en el instituto.

—Lo siento Minnie, pero si hago eso, Jungkook no dejará que te cuidemos más y te prohibirá seguir asistiendo al instituto —me dijo con una pequeña mirada de pena por mi situación.

—Así es, además recuerda que Jungkook estaba en desacuerdo de que salieras en primer lugar, por lo que si le ocultamos algo, él podría utilizarlo a su favor y tener una manera de sacarte de este lugar —complementó Jin.

Yo formé un pequeño puchero, era verdad, desde pequeño siempre me protegía, y se lo agradezco, fue mi salvador cuando mis padres murieron, pero desde que descubrimos que eramos predestinados me sobreprotege demasiado, diría el doble de antes.

Así que prácticamente tuve que rogarle que me dejara asistir a algún colegio, instituto, lo que fuera, quería salir y no sentirme prisionero. Aunque por desgracia escogió un colegio donde pertenecer a un alfa es mucho más importante entre los estudiantes que el estudio.

Jungkook y yo aún no hemos tenido algún encuentro íntimo y no poseo su marca, pero siempre está demostrando cuanto me quiere y eso me hace feliz, por lo que los comentarios ofensivos que algunos pueden llegar a hacerme no me molestan.

—¡Minnie!, escuché que te lastimaste mientras trotabas, ¿te encuentras bien? —se acercó Nayeon, la chica nueva, es muy dulce y siempre me ayuda en todo lo que puede, es una beta y es muy linda también.

—Oh, no me pasó nada, solo una pequeña torcedura... —dije pero el olor de enojo al rededor de Jin y Tae me hizo mirarlos.

—¿Solo eso?, ¿estás seguro? —dijo con un poco de decepción.

Con el tiempo que le he llegado a conocer, sé que es una beta muy curiosa, amante de los detalles y siempre quiere ser la primera en enterarse de todo. Si tan solo se empeñara así en las materias, no tendría que venir a mi para pedirme ayuda cada momento.

—Si, solo eso sucedió, pero ahora mismo le pediremos permiso al director para que lo revise un profesional —dijo Taehyung con algo de molestia.

Y así sin más, Jin me ayudó a levantarme y Tae me sostuvo con cuidado, dando por terminada cualquier conversación con la beta.

Nos dimos la media vuelta y salimos de la cafetería, era obvio que me tenían que llevar al medico, mi tobillo se había vuelto de un color verdoso y pronto se volvería morado, sin embargo no quería que Jungkook se enterara de esto.

Jin tomó su teléfono y llamó primero a Namjoon, quien es el asistente personal de Jungkook, además de ser el alfa de Jin.

Después de decirle unas cuantas cosas, le dijo la verdadera razón por la cual llamaba y yo me sentí pequeño. No tardó ni dos minutos cuando el teléfono de Jin comenzó a sonar.

—Jimin se lastimó el tobillo y se encuentra algo inflamado, lo llevaremos a casa para que descanse y si es necesario lo llevaremos con un médico —dijo tan pronto llevó el aparato a su oído.

Luego de eso y un "de acuerdo" Jin cortó la llamada y suspiró.

—Dijo que llamará al director para avisar que saldremos inmediatamente —suspiró y me miró con una sonrisa tranquilizadora—. Quiere hablar con Jimin llegando a casa —Tae me miró preocupado, pero yo solo asentí, ya sabía que eso pasaría.

Entre los dos me ayudaron a salir una vez Jungkook le llamó a Jin para avisar que todo estaba arreglado, y nos subimos al auto negro que estaba fuera del instituto, esperando por nosotros.

—Recuerda Jimin, iremos con un profesional, si se pone peor tendrás que decirle a Jungkook que lo que sucedió no fue casualidad —suspiró Jin.

—Pero en verdad fue casualidad, simplemente me encontraba trotando y pisé un palo que se encontraba tirado en mi carril, provocando que me torciera el tobillo y cayera al suelo, eso es todo lo que pasó, saben que suelo ser algo torpe y es que mi mala suerte no me ayuda —formé un puchero inconsciente pero aún así Jin me miraba sin confiar.

—Claro, se escucha como si eso fuera de todos los días —dijo Taehyung sarcástico y yo solo me crucé de brazos—. No Jimin, no siempre vas a poner tu vida al borde y creer que es mala suerte, alguien trata de lastimarte, tienes que ser consciente de eso.

Yo dejé mi posición de defensa y agaché el rostro, Tae y Jin siempre me recordaban a mi madre cuando me regañaban.

Llegando a la casa lo primero que iba a hacer, como era mi costumbre, era correr para buscar a Jungkook gritándole y abrazarlo con una sonrisa de bobo enamorado, por desgracia, pero tan pronto puse mis dos pies en el suelo, me dolió y tuve que sostenerme de Taehyung aguantando un poco las lágrimas que querían salir. Ni siquiera mi lobo que es quien me ayuda a neutralizar el dolor y sanar de manera rápida pudo predecir mis movimientos haciendo que nos lastimásemos los dos.

—¡Kook! —grité desde la entrada, sin poder evitarlo, Tae y Jin me trataban de consolar algo asustados, ya que en el camino venía tan valiente que les tomó por sorpresa verme llorar como niño pequeño tan pronto llegamos.

Yo le hecho la culpa a que el lugar está infestado con el aroma de Jungkook, haciendo que mi lobo se quiera sentir protegido como todo omega en brazos de su alfa. Pero la verdad era que me dolió demasiado hasta el alma de lobo.

Jungkook apareció rápidamente con sus ojos color ámbar brillante buscando alguna amenaza y esa fue la señal de Tae y Jin para alejarse prudentemente, el alfa tenía que proteger a su omega, por lo que si yo lloraba y lanzaba al aire mi olor de dolor, era obvio que Jungkook se pondría en modo asesino.

—¿Qué sucedió pequeño? —me dijo, ahora dirigiendo su mirada preocupada hacia mi, mientras con cuidado me limpiaba las lágrimas con sus pulgares.

—M-Me duele —sollocé mientras señalaba mi tobillo y escondía mi rostro en su pecho.

Jungkook dio una rápida mirada a mi tobillo y sentí su pecho vibrar, seguramente mi tobillo estaba peor de lo que imaginaba.

—Taehyung, llama al médico inmediatamente —gruñó y me levantó estilo princesa mientras Tae hacía lo que le ordenó—. Te llevaré a la habitación mientras esperamos.

Asentí y pude sentir como me balanceaba en el aire, tratando de calmar mis sollozos un poco y subíamos por los escalones. Yo estaba acurrucado en su pecho escuchando el latido de su corazón y aspirando su aroma para poder tranquilizarme a mi y a mi omega, quien ya se sentía relajado tan pronto Jungkook nos había abrazado. Abrió sin dificultad la puerta y me dejó sentado en la cama, se arrodillo para poder quitarme mis zapatos con delicadeza, no podía decir nada, mi omega se encontraba encantado por esa pequeña acción de su parte, no cualquier alfa de porte imponente se arrodilla para hacer algo así por otro.

—Jimin —me dijo con voz suave y miré sus ojos, el tomó mis manos entre las suyas acercándolas a su rostro para dejarme un casto y pequeño beso en ellas, yo me sonrojé, aún no me acostumbraba a esas pequeñas muestras de afecto que solía darme—. Tú sabes que eres importante para mi, ¿cierto? —asentí levemente—. Por eso quiero protegerte, prometí protegerte de todo, sin embargo, en estas últimas semanas has regresado a casa con golpes, rasguños y ahora un tobillo lastimado —dijo mirándome a los ojos y haciendo que me perdiera un momento en ellos—. Tengo miedo a que alguien te esté lastimando y que no me tengas la confianza suficiente para contarme lo que sucede, no quiero que alguien más tenga que vigilarte para comunicarme si algo pasa, ¿acaso tu omega no confía que mi alfa puede protegerte?, ¿acaso tú no confías en mi?

—Bobo —le dije llevando una de mis manos a su mejilla y acariciándolo suavemente, me dolía ver duda en sus ojos, un alfa tan seguro de si mismo y tan poderoso como lo era él, siempre se volvía como un cachorro dudoso al estar conmigo, haciendo que a mi pecho le surja un sentimiento cálido—. Mi omega estaría dispuesto en dejar su vida en manos de tu alfa, yo jamás dudo de tu palabra, tanto que confío ciegamente en ti —dije y le sonreí dulcemente con las mejillas algo sonrosadas—. Yo soy muy torpe, sabes que suelo lastimarme de vez en cuando, no quiero preocuparte con cada cosa que me sucede, sé que eres capaz de protegerme de todo, y si alguien intentara dañarme no dudaría en contártelo —él suspiró aliviado y yo no borré mi sonrisa.

Jungkook sonrió y me dejó un casto beso en la frente cuando se escuchó que tocaban la puerta. Se levantó de donde estaba y se colocó adelante de mí cubriéndome parcialmente.

—Adelante —contestó Jungkook con voz grave dejando de lado la dulzura y yo sonreí más ampliamente, no parecía haber rastro del alfa que segundos atrás tenía montones de dudas en su cabeza.

Abrieron la puerta y vi a Jin junto al médico, por su suave y casi imperceptible aroma supe que era un beta. Jungkook se hizo a un lado después de examinarlo con la mirada, permitiendo al médico hacer su trabajo.

Kook mantuvo su mirada fulminante sobre el médico en todo momento poniendo algo nervioso al beta que se movía cuidadosamente tratando de que sus movimientos no provocaran algún malestar y yo para ayudarlo, no hice algún sonido de incomodidad o dolor, aunque si me dolía.

El médico dijo que había sido un torcedura nada más, que no había porque preocuparse, sin embargo me recetó unas pastillas para el dolor y una pomada para la inflamación, además de que no podría hacer mucho movimiento por lo menos dos días máximo tres, me colocó una venda y se retiró con una reverencia algo exagerada para mi gusto, pero se notaba que estaba nervioso.

—Ya escuchaste, no podrás salir de la cama en tres días, así que avisaré al director que no podrás asistir —dijo Jungkook, y aunque iba a protestar, me dio una mirada de que no cambiaría de opinión aunque lo intentara y salió rápidamente de la habitación con la excusa de ayudar al médico para encontrar la salida, dejándome sin oportunidad de reprocharle nada.

—Ya escuchaste a Jungkook, pero descuida, nosotros iremos para tomar apuntes de tus clases para que no las pierdas, sabemos lo importante que es estudiar para ti —sonrió Jin desde la entrada junto a Tae.

—Muchas gracias chicos en verdad los aprecio, ¡al menos alguien tiene compasión de mí! —grité para que Jungkook pudiera escucharme y les sonreí a los dos mientras escuchaba sus pequeñas risas.

Bueno... Tres días de reposo no es mucho... ¿O si?

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